Los Múltiples Feminicidios

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Los Múltiples Feminicidios

Zobeyda Cepeda

Aunque la capacidad de asombro ante los altos índices de violencia haya desaparecido par muchas personas, a otras nos aumenta preocupación las dimensiones que han alcanzado los feminicidios y la discriminación contra la mujer.

Según los datos estadísticos ofrecidos por la Policía Nacional, en los primeros 84 días del presente año, cada 36 horas una mujer ha sido víctima de feminicidio provocado por sus parejas o exparejas sentimentales, las cuales han dejado un promedio de tres niños o niñas huérfanos(as).

El mismo informe reconoce el subregistro de los casos en que la víctima muere días posteriores al incidente que lo provoca, pues solo da cuenta de aquellas muertes instantáneas el mismo día en que ocurre la agresión. Tampoco registra aquellos contra mujeres haitianas, los que se tipifican como riñas. Una forma de invisibilizar la vulnerabilidad o condición de riesgo de las mujeres haitianas en el país y de discrimen, pues aunque no lo diga de manera explícita, la institución con esta información da a entender que los feminicidios de mujeres con otras nacionalidades sí son registrados.

Desde el año 2010 al 20011 el promedio de feminicidios ha sido de 197.09 por año. A estas cifras de muertes de odio contra mujeres se suma el promedio de 350 muertes maternas anuales, de las cuales 70 son causadas por abortos en prácticas inseguras, según datos de la investigadora Denise Paiewonsky.

También hay que agregar a la lista, aquellas muertes por contagio de VIH/SIDA, pues a nuestro entender muchos de ellos son feminicidios silentes no contabilizados, porque ocurren en contextos de relaciones desiguales de poder y de violencia contra las mujeres.

En días recientes el UNFPA y ONUSIDA, revelaron que el 60% de las personas contagiadas de VIH/SIDA en el país son mujeres, según estudio realizado, el 30 por ciento de los nuevos casos de SIDA registrados surge de las relaciones de confianza, es decir, dentro de los matrimonios, uniones libres y noviazgos, de mujeres con edades entre 30 y 34 años. Explica que las mujeres víctimas de violencia son dos veces más proclives a contraer la enfermedad, y que aquellas que viven con VIH sufren más violencia física por parte de sus parejas.

Los números reales de muertes de mujeres y de feminicidios en el país son desconocidos. Por esas razones no nos dejamos de asombrar, pero tampoco nos paralizamos. La vida de las mujeres, sus cuerpos, su bienestar o su tranquilidad son poco valorados y respetados. Todavía no hemos evaluado las dimensiones reales de la discriminación contra las mujeres y las múltiples formas que éstas conducen a su muerte. La mortalidad materna, incluyendo las causadas por abortos, son expresiones de exclusión social ante la ineficacia de las intervenciones estatales para prevenirlas.

¿Qué hacer? ¿Responsabilizar la clase político partidista por lo poco que hacen y han hecho para eliminar o disminuir la violencia contra las mujeres y no tomar las debidas medidas para promover políticas de respeto a sus derechos? Sí, su cuota de irresponsabilidad no debe ser soslayada, pues su prioridad inmediata y permanente es llegar al poder y/o permanecer en él. Pero también debemos de cuestionar el plano personal: ¿Qué estoy haciendo para evitar que mi hijo sea un potencial feminicida y mi hija una víctima? ¿Cuál es mi percepción sobre las mujeres y las niñas o cómo me percibo a mi misma como mujer? ¿Las veo como seres humanas con igualdad de oportunidades para desarrollare en todos los ámbitos o como el género obligado a servirme?

Los feminicidas y sus víctimas se forman en nuestra sociedad, en nuestros alrededores, porque de manera consciente o inconsciente pensamos y actuamos permitiendo la reproducción de roles que encajan a los hombres como los encargados de controlar y llevar el poder, y a las mujeres con “el papel natural” de ejecutar sus órdenes, escindidas al servicio de los/as demás, mucho menos que en sí mismas.